Estas son las señales Antes de un Derrame.

Soy paramédico y he visto de cerca lo que puede causar un derrame cerebral. Lo más triste es que, en muchos casos, el cuerpo ya había dado señales… pero nadie las entendió a tiempo.

Por eso te pido que escuches esto con atención.
Tu cuerpo puede avisarte hasta un mes antes de que algo no anda bien.

Señal 1: Náuseas y mareos frecuentes

Muchas personas llegan al hospital diciendo que llevaban semanas con náuseas o mareos, pensando que era “el calor” o “estrés”.
Pero en realidad, esos síntomas podrían estar indicando un problema de circulación en el cerebro.
Si no tienes una causa clara (como embarazo, intoxicación o infección), ve al médico.

Señal 2: Dificultad para hablar o entender a otros

No es normal trabarse al hablar o que de pronto no entiendas frases sencillas.
Eso puede ser una alteración neurológica causada por falta de oxígeno en el cerebro.
A veces empieza poco a poco, días o incluso semanas antes del evento.

Señal 3: Cansancio extremo y dolores de cabeza constantes

No se trata de estar “agotado por el trabajo”.
Es un cansancio raro, que no se quita ni durmiendo bien.
Y si viene acompañado de dolor de cabeza diario, o que aumenta con los días, puede ser un aviso temprano de derrame.

Señal 4: Adormecimiento de un lado del cuerpo

¿Sientes que de pronto se te duerme un brazo, una pierna o media cara?
¿Se te cae la taza de café sin razón?
Eso puede ser una mini-embolia, o una alerta de que una parte del cerebro ya está dejando de funcionar bien.

Señal 5: Cambios repentinos en la vista

Ver doble, borroso o sentir que un ojo “no enfoca” bien…
Podría indicar que una arteria cerebral está bloqueada o está perdiendo presión.
Si no se atiende, puede terminar en un derrame.

Recomendaciones del personal médico:

  1. Hazte un chequeo si presentas cualquiera de estos síntomas.
    No lo ignores. No es “la edad” ni “el estrés”.
  2. Controla tu presión arterial.
    Es la causa silenciosa número uno de los derrames.
  3. Cuida tu alimentación y camina diario.
    Los malos hábitos y el sedentarismo también matan.