Llegaron a tiempo. Si no hubiese sido por un trabajador del cementerio, la historia del perro sería totalmente diferente. ¿Hasta donde puede llegar la capacidad de los seres humanos al hacer este tipo de cosas?
La empatía que se adquiere desde que nacemos debe relucir constantemente, para todo lo que realizamos y, más cuando se trata de los animales. Pequeños animales indefensos que no se pueden defender a nuestro ingenio y capacidad de pensar. Pero muchas personas no son así. No tienen la suficiente empatía. Muchas veces quienes actúan como salvajes somos nosotros los humanos.
Ellos son seres que no hacen daño a nadie, de alma pura, inocentes, que demostraron que el raciocinio no sirve de nada.
Fue encontrado atado de patas y arrojado al interior de un cementerio en Italia. No conforme con abandonarlo a su suerte, quisieron arrebatarle su vida, de una manera tan cruel, que aguantara el hambre, sed, y frío. ¿Con qué necesidad lo hacen? ¿Qué daño tan terrible les podría hacer un animal tan inocente? Fotografías como estas nos hacen pensar que los verdaderos salvajes son ellos…
Pero, Afortunadamente el peludo amigo puedo sobrevivir.
La organización animalista de Italia «Lega Nazionale per la Difesa del Cane Sezione di Benevento» publicó en redes sociales las imágenes, que rápidamente se hicieron virales. Todo el mundo estaba indignado.
Cuando no puedes con un pequeño animal, y necesitas «deshacerte» de él, no tienes una opción, tienes miles. Pero nunca es opción amarrarlo y dejarlo que muera. No hay explicación ni justificación. De hecho, realizar este tipo de actividad es un delito.
Lo más importante es que el perrito pudo salvarse, y esta en busca de una nueva familia. Mientras su agresor seguirá con la mente podrida, llena de remordimiento.
El perrito es de raza mestiza, que fue encontrado en el cementerio municipal de Benevento (Italia), gracias a un trabajador del lugar que hacía su trabajo, pudo encontrarlo y darle otro final al pequeño.
estaba atemorizado, inmovilizado por el miedo y frío que pasó esas horas, completamente quieto, ya acostumbrándose a no poder mover sus patas.
Lo llevaron a una clínica veterinaria, donde estabilizaron su salud y derivaron a la perrera, donde ya busca un nuevo hogar.
Al parecer, todavía es un cachorro, con pocos meses de vida. Y por supuesto nada de lo ocurrido es su culpa, todo lo contrario. Aunque el siga con el trauma para toda su vida. Ellos piensan que hacen las cosas mal, de manera inconsciente, reflejado en el temor de sus movimientos.
Ningún perro merece pasar por algo así. En ningún motivo jamás. Si quieres saber más del caso, visita el Facebook de “Lega Nazionale per la Difesa del Cane Sezione di Benevento”.