Hay muchas creencias, algunas en la reencarnación, otras en la resurrección del alma, otras que están 100% convencidas de que su vida termina aquí en la Tierra. Con el último aliento, y el que más crea se irá con Dios a la eternidad.
Aunque depende de lo que creas, ¿sabes qué sucede exactamente en tu cuerpo cuando nuestro corazón deja de latir definitivamente?
Aquí te contamos todo, pero antes, una serie de indicadores rápidos para verificar cuando una persona ya se fue de esta vida.
En primer lugar, compruebe durante un minuto si su corazón está latiendo y tómele el pulso también durante un minuto. Explicar los profesionales de la rama.
Comprueba que no está respirando y revisa sus pupilas con una linterna, para comprobar que no responden a un estímulo lumínico.
Esto pasa cuando te vas de esta vida
Cuando el corazón deja de latir, la sangre deja de circular, lo que hace que se espese y se coagule. Cuando deja de circular, comienza a sedimentarse bajo el peso de la gravedad, en un proceso denominado «lividez mortis o post-mortem».
Sin circulación, su cuerpo comienza a perder temperatura y sus músculos se endurecen, en un proceso conocido como rigor mortis.
“Este proceso suele comenzar después de 4 o 6 horas, primero en los músculos más pequeños como los párpados o la mandíbula, luego en el cuello y luego en los músculos más grandes como los brazos o las piernas”.
“Esto dura entre 36 y 48 horas, dependiendo de una serie de circunstancias. El frío, por ejemplo, puede frenar el rigor mortis”, explica Carla Valentine, curadora técnica del Barts Pathology Museum de Londres.
«Pero si tienes fiebre cuando muere», agrega, «se acelera».
Cuando dejamos de respirar, nuestras células ya no se nutren de oxígeno. Sin oxígeno, las mitocondrias dentro de las células no pueden producir trifosfato de adenosina, conocido como ATP, una sustancia química que realiza una serie de funciones celulares.
Las bacterias hacen lo suyo
Nuestras células comienzan a descomponerse y liberan todo tipo de sustancias, incluidas las enzimas, que crean el ambiente ideal para bacterias y hongos, que se unen a esta mezcla y comienzan a descomponerse en el organismo.
En el proceso de descomposición, las bacterias desprenden una gran variedad de derivados químicos. Dos en particular, la putrescina y la cdaverina, ambas con un olor muy desagradable.
También se producen compuestos que contienen azufre, junto con numerosos gases que comienzan a hinchar temporalmente el cuerpo.