Una vez que un niño ha crecido y madurado, muchos padres lo dejan al cuidado de sus hermanos menores varias veces. De hecho, tienen que lidiar con situaciones externas y no tienen suficientes recursos para pagar una niñera.
De esta manera, en cierta medida, la decisión es positiva. Permite que los niños mayores adquieran un buen grado de responsabilidad y estén dispuestos a ayudar a su familia.
Sin embargo, excederlo puede causarte varios problemas. En este artículo te explicamos cuáles son los riesgos para que los tengas en cuenta y evites consecuencias negativas.
Los niños mayores no son profesionales para ejercer esta profesión.
Aunque los niños ya son adultos, es una realidad que nunca han sido capacitados para satisfacer las necesidades de otra persona a una edad tan temprana. De esa manera, aunque se les esté explicando, es posible que no sepan cómo alimentar adecuadamente a sus hermanos o controlar una rabieta.
En este sentido, es posible que les invada un grado considerable de estrés cuando ven que las cosas no van bien y que su salud emocional se ve afectada. Por ello, lo mejor es confiarles únicamente tareas sencillas, como leer un cuento o sugerir juegos.
Su infancia es vergonzosa.
Independientemente de su edad, es fundamental que los niños tengan espacios libres para jugar, explorar, interactuar con seres de su misma edad y hacer lo que más les gusta. Estas actividades refuerzan su desarrollo y les ayudan a sentirse realizados.
Sin embargo, si los padres los ponen a cuidar a su hermano en todo momento, les imposibilitan llevarlos a cabo. De esta manera, pueden evitar que experimenten plenamente esta etapa crucial.
Se ejerce una presión inapropiada sobre los niños mayores.
Como a los niños se les asignan muchas responsabilidades relacionadas con sus hermanos menores, es posible que comiencen a verlos como una carga. Les quitan mucho tiempo y no dejan que se centren en otros aspectos.
Asimismo, es cierto que si ocurre un accidente, el hijo responsable puede sentirse culpable por lo sucedido y llenarse de angustia. Por la misma razón, aquí es fundamental poner límites, porque los niños nunca deben sentirse como un padre entre otros.
La relación entre los 2 hermanos puede volverse tensa.
Cuando los niños siempre se ven obligados a cuidar a los más pequeños de la casa, pueden desarrollar muchos sentimientos negativos hacia ellos. Los ven como los culpables de no tener tiempo para sí mismos ni oportunidades para practicar sus pasatiempos.
Del mismo modo, los menores pueden interpretar a sus parientes consanguíneos mayores como figuras de autoridad que toman decisiones que no les gustan. Por lo tanto, los desafían. Lo más probable es que se produzcan enfrentamientos que deteriorarán aún más el vínculo afectivo.
Consideraciones
De acuerdo a la información anterior, es importante aclarar que los hermanos mayores pueden participar en el cuidado de los menores, pero no es favorable que todo el compromiso recaiga en sus manos. Es posible pedirles ayuda, sin embargo, mientras esto sucede, uno de los adultos debe estar presente para indicar que ellos son los responsables de todo.
Antes de que un niño empiece a cuidar a otro más pequeño, es fundamental hacerle entender que no se hará responsable de nada. Esto, para evitar que se sienta abrumado o crea que su hermano es el causante de su reprimenda.
También se debe tener en cuenta que si necesita la ayuda de un niño mayor, debe darle tareas a corto plazo. El objetivo es evitar que piense que no tendrá tiempo para divertirse como él quiere.
Finalmente, es fundamental que durante los momentos en que los niños están jugando, nunca se les pida que empiecen a cuidar a sus hermanos. De lo contrario, se llenarán de frustración y la relación terminará mal.