El té es sin duda una de las bebidas más consumidas por las personas junto con el café. Aunque el té se suele hacer como una infusión de las hojas y cogollos de la planta, aportándonos unas propiedades saludables, digestivas y relajantes. Pero mezclar la bolsa con el agua es algo que debes tener en cuenta.
Muchos de los beneficios que atribuyen a nuestra salud son demasiado buenos y, para muchos, demasiado ricos. Beneficios como antioxidantes, flavonoides, catequinas y polifenoles, además de tener propiedades antiinflamatorias y neouroprotectoras. Por supuesto depende del té que tomes, en combinación con el deporte que hagas y la dieta que tengas, te puede ayudar mucho en tu día a día.
La mayoría de estos tés están en bolsas que se comercializan fácilmente. Pero, ¿sabemos realmente de qué están hechos? Mira estas propiedades de las bolsitas de té. “Suelen ser de papel con una pequeña cantidad de plástico”, según los resultados de un estudio elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que también advierte de que “algunas marcas premium (tipo pirámide) contienen una mayor cantidad de plástico en su composición».
Especialistas de la Universidad McGill en Montreal, Canadá, “analizaron diferentes tipos de bolsitas de té y sugirieron que podríamos estar ingiriendo miles de nano y micro partículas plásticas a través de las infusiones de té en bolsitas”, explica esta organización.
En el estudio, los técnicos utilizaron cuatro tipos de té envasados en bolsitas, y aunque «la mayoría de las bolsitas de té están hechas de papel con una pequeña cantidad de plástico, algunas marcas ‘premium’ utilizan grandes cantidades de este material». Se trata de “las bolsas tipo ‘pirámide’, que según los fabricantes infunden mejor, donde el plástico ayuda a mantener la forma de las bolsas”, explican en la web de la OCU.
En el estudio, en el que solo las bolsas se colocaron en agua caliente (95 °C), «el nivel de partículas de plástico liberadas en el agua fue varias veces mayor que el que se encuentra en otros tipos de alimentos».
Esta organización de usuarios advierte de que los microplásticos “están muy dispersos en el medio ambiente, en el agua que bebemos (tanto del grifo como embotellada) y en algunos tipos de alimentos, y que a pesar de no conocer bien los posibles efectos sobre la salud humana, la Autoridad Europea de Alimentación Safety (EFSA), ya lo considera un riesgo emergente”.