Entre la casa donde vivía Michell Dayana González y la tienda donde iba a comprar dulces el día de las velas, se encuentra un taller de pintura de vehículos donde la niña encontró su muerte.
Aquí, en este preciso lugar del barrio San Judas de Cali, se encontraba su presunto asesino, un justiciero llamado Harold Andrés Echeverri, quien, según testigos, la acosó, la persiguió y al final terminó asesinándola y desmembrándola.
El macabro suceso ocurrió la noche de las velas, el 7 de diciembre. Contado por el padre de la víctima, Michell tomó $2,000 pesos y le dijo a su padre que iba a regresar. Su objetivo era comprar mecato (dulces) en la tienda.
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Pero la joven de 14 años no regresó. Todo indica que cuando regresaba de la tienda a su casa, el presunto asesino la llevó con engaños a su taller.
Como su hija no regresaba, el padre comenzó a buscar en el barrio. Preguntó por ella, pero nadie le dio el motivo. Todo parecía un misterio, pero el padre de la niña sospechaba que Michell no había salido de la cuadra que separa su casa y la tienda donde iba a comprar dulces.
Un día después, ya notificadas las autoridades, la búsqueda se hizo más exhaustiva e intensa.
Y la verdad comenzó a aparecer a pedazos, cuando el CTI, con ayuda de vecinos, encontró partes del cuerpo de la niña entre contenedores. El rastro de sangre llevó a los investigadores al lugar del macabro descubrimiento. Todo indica que el justiciero secuestró a Michell, argumentaron, la niña se defendió, pero al final terminó violada, asesinada y desmembrada.
Del guardia de seguridad lo único que se sabe es que huyó del lugar en una motocicleta propiedad del dueño del taller donde trabajaba.
Las autoridades repartieron volantes con su foto y ofrecieron una recompensa de 100 millones de pesos a quien proporcione información que permita dar con el paradero del presunto asesino.
El padre y otros familiares de la niña, en medio del dolor causado, recogieron los pedazos del cuerpo, los juntaron, tratando de recuperar el ánimo para darle cristiana sepultura a Michell Dayana.
Los vecinos del barrio realizaron una vigilia por la niña indignada y asesinada y para exigir justicia.
El presunto violador y asesino anda suelto. Pero su retrato se encuentra en las redes sociales, grupos de WhatsApp y medios de comunicación.
Toda Colombia lo busca para que pague por su crimen y para que no se repita el caso Michell Dayana.